Carlos Menem, pasión, impunidad y desmesura
Andrés Malamud
Otra perspectiva de la figura de MEnem.
Leer MasCarlos Menem: Un líder popular, un legado antipopular
Mario Wainfeld
Una semblanza desde el propio campo político.
Leer MasCarlos Menem, el conurbano y la productividad política de la nueva pobreza
Jorge Ossona
Otra faceta de los cambios protagonizados por Carlos Menem.
Leer MasCuando la memoria se convirtió en ideología
Federico Monjeau

Federico Monjeau murió el 23 de enero pasado. Excepcional crítico musical, poseía una inigualable capacidad para iluminar, desde la música y la historia del arte, zonas enteras de la cultura, de las constelaciones intelectuales, las ideas y la experiencia política y social.
Incapaz de repetirse, en su textos, personales e inconfundibles, siempre buscaba iluminar lo menos visible, el señalamiento que iba en contra o se situaba al margen de los lugares comunes. Podía escribir sobre la temporada del Colón, Beethoven, Morton Feldman o Martha Argerich; pero también sobre la voz del Polaco Goyeneche, las canciones de los mundiales de fútbol o los efectos y los usos políticos de la música de Caetano Veloso. Felizmente, sus notas, verdadero tesoro de la crítica musical y cultural de su tiempo, están hoy disponibles: https://www.clarin.com/autor/federico-monjeau.html
Desde la música se abría al cine, la literatura, el arte y la vida o, como en el texto que aquí reproducimos, a la memoria en la música y en la experiencia política y social argentinas. El tema se tocaba con un capítulo doloroso de su vida: su hermano Alejandro, muy joven, fue secuestrado en 1977; y él se exilió en Brasil. Era un tema del que casi no hablaba, pero que sin dudas pesaba en su ánimo cuando, desde una ética que fue un rasgo permanente de sus posiciones como intelectual, arrojaba un juicio lapidario sobre la manipulación y el oportunismo en las prácticas políticas de la memoria que proliferaban a su alrededor.
Leer MasLa violencia es el mayor test de la legitimidad democrática
Hernán Lascano

Las ciudades son, hoy por hoy en nuestro país, como en el resto de América latina, el escenario privilegiado donde la violencia exhibe su rostro más macabro. En esta nota, Hernán Lascano, autor del libro de investigación “Los monos” pone su mirada en la ciudad de Rosario, lugar donde las dinámicas del crimen se entrelazan y encuentran su principal fundamento en la pasmosa y creciente desigualdad económica que, en grandes líneas, no es muy diferente a la que sufren los otros grandes conglomerados urbanos del país.
La acumulación social de desventajas, es una forma de injusticia, y la indiferencia, desinterés o incapacidad de la clase política para abordar esta acuciante problemática de acumulación y consecuente despojo agudiza una situación en la que la masa creciente de excluidos del sistema se eleva a ritmo alarmante junto al imparable y escandaloso número de víctimas que registra la crónica policial de todos los días.
¿Qué podemos aprender del caso Formosa para fortalecer la agenda de derechos humanos?
Roy Hora

Los abusos denunciados en la gestión estatal de la pandemia en Formosa y la inoperante gestión del Secretario de Derechos Humanos, proporcionan a Roy Hora el punto de partida para indagar la situación actual de los derechos humanos y el cumplimiento de las garantías constitucionales.
Más allá de Insfrán y Pietragalla, el episodio invita a tomar conciencia de que la “razón de estado” que trata a la salud pública como un tema de seguridad interior, librada a su propio impulso tiende al autoritarismo y la arbitrariedad. Y es claro que los controles no pueden provenir de funcionarios designados por el Ejecutivo, invariablemente alineados con el gobierno del que dependen. La clave, entonces, radica en la autonomía de las instituciones y de los funcionarios encargadod de velar por el cumplimiento de esos derechos.
Roy Hora propone situar la discusión pública en un plano que no se refiere centralmente ni a personas, ni a partidos o ideología. Una acción necesaria y posible, desde la sociedad civil, es reclamar la designación, sin más demora, de un Defensor (o Defensora) del Pueblo de la Nación, un cargo vacante desde hace más de diez años, sin que los sucesivos gobiernos hayan hecho algún esfuerzo por cubrirlo. La razón última de este fracaso es que a los grupos gobernantes no les entusiasma que sus acciones sean objeto de escrutinio.
Comenzar con el proceso de designación de un nuevo Defensor del Pueblo requiere de la presión ciudadana sobre la elite política en su conjunto y no logrará su objetivo si la sociedad civil no asume un papel más activo en el reclamo
Leer Mas¿Las provincias artífices o comparsas?: notas sobre el federalismo práctico
Beatriz Bragoni

En esta nueva intervención para nutrir el debate sobre federalismo, Beatriz Bragoni recupera la historia de un federalismo práctico en el que, más allá de las desigualdades y los conflictos, las provincias aparecen como actores centrales en las negociaciones con…
Leer MasLas Cifras de la Guerra Sucia
Graciela Fernández Meijide et al.
Documento de 1988 de la APDH.
Leer MasLa ESMA jamás dejará de ser lo que fue
Norma Morandini
Acerca de la voluntad, y la imposibilidad, de que la ESMA sea ex-ESMA.
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